domingo, 29 de noviembre de 2015


Buenos días,

Hoy me gustaría hablar sobre la posibilidad que nos brinda la Educación Física para trabajar contenidos transversales y actitudinales, los cuales son necesarios desarrollar en todas las personas, y más aún en niños de estas edades, ya que en sus manos está el futuro de la sociedad.

En este caso, me centraré en dos contenidos:

Por un lado, la educación medioambiental. En la pasada práctica, mis compañeras, cuyo proyecto se basaba en los peces, aprovecharon este tema para tratar la concienciación de los niños con respecto a la limpieza en las playas, ya que ésta va a afectar indirectamente a la vida de los peces. A todos no es conocido la problemática de verter residuos al mar, como por ejemplo el plástico que une los paquetes de las latas de refrescos, ya que muchos de estos animales han sufrido consecuencias en su salud, llegando incluso a la muerte de miles de ellos.

Por ello es tan importante concienciar a los niños desde bien pequeños en temas como el reciclaje, el respeto hacia el medio ambiente, y el cuidado que tenemos que tener para cuidar nuestro planeta.

Por otro lado, me gustaría hablar sobre los valores y actitudes que tenemos que desarrollar en los niños en todas las áreas de la educación con el fin de llegar a conseguir que se conviertan en buenos ciudadanos. Me refiero a la importancia de fomentar el respeto hacia las opiniones de los demás, aunque éstas sean contrarias a la suya; la escucha activa, el compañerismo, la cooperación, etc.

Hablo de esto ya que en la pasada exposición, el comportamiento de las alumnas que no exponíamos dejó mucho que desear, imposibilitando en muchas ocasiones que las compañeras que exponían su proyecto pudieran llevarlo a cabo tal y cómo se habían planteado. Este comportamiento no debería haber ocurrido, y menos en personas que están formándose como futuras docentes y que en un futuro próximo se enfrentarán a este tipo de actuaciones por parte de los niños, debiendo crear en ellos la concienciación de que este tipo de conductas no son tolerables.

A pesar de todo esto, mis compañeras supieron resolver la situación y concluir  la sesión que exponían con éxito, lo cual es de resaltar.

Espero que las compañeras que no han tenido la oportunidad de exponer todavía su proyecto no se tengan que enfrentar a estas dificultades. Por nuestra parte creo que no se va a volver a repetir lo que ocurrió el pasado lunes, ya que todas aprendimos la lección.

¡Hasta la semana que viene!



domingo, 22 de noviembre de 2015

¡Buenos días!

hoy me gustaría dedicar esta entrada a nuestro proyecto, ya que en la última sesión práctica llevamos a cabo la exposición de una parte de ella: el juego motor.

Como ya he comentado en entradas anteriores, nuestro proyecto está planteado para un aula de Educación Infantil de 5 años, siendo la temática "El agua" y centrándonos en trabajar la lateralidad.

Uno de los problemas que nos encontramos a la hora de plantear las sesiones fue que, a pesar de la amplitud de posibilidades de abordar el tema, muchas de ellas ya estaban planteadas como temas para otros grupos de compañeras. Por ejemplo, temas como "Los peces", "El mar" o "Las plantas". Debido a esto, decidimos intentar evitar centrarnos en estos temas y girar nuestro trabajo en torno a tres grandes bloques:

       - El ciclo del agua

       - El agua en la casa: dónde podemos encontrarla

       - El agua en la higiene

Habiendo decidido ya esto, y planificado qué modelo de sesión se iba a trabajar en cada una de ellas y las actividades de éstas, nos encontramos con otro inconveniente: no poder usar agua dentro del pabellón.

Por este motivo, a la hora de llevar a cabo la sesión, adaptamos ciertos aspectos para sustituirlos por el agua y poder de este modo realizar la actividad más o menos como habíamos contemplado.
Un ejemplo es la actividad sobre los camareros y los clientes, en la cual se había pensado emplear el agua transportándola de vaso en vaso, y pistolas de agua para intentar derribarlos. Estos elementos fueron sustituidos en la práctica por bolas de agua y pistolas con dardos de ventosa.

Un aspecto que decidimos incluir en la sesión fue la presencia de un alumno con discapacidad visual, la cual, aunque reducía bastante su campo de visión, no la imposibilitaba del todo. Para vivenciar mejor esta realidad fabricamos unas gafas especiales con papel cebolla, que tenían en el centro un pequeño agujero de forma circular. Se pidió la colaboración de una compañera para meterse en el papel de la niña con deficiencia visual, y de otra compañera para que fuera su pareja y la guiara en todo momento. Las integrantes del grupo que exponíamos intentamos tener siempre muy presente a esta alumna y adaptar las características de los juegos a ella, ayudándola en las ocasiones que fueran más complicadas para ella. Por ejemplo, en la zona del jardín, tenían que lanzar una semillas dentro de un aro, únicamente cuando éste estuviera en el centro. Para esta alumna lo que se hizo fue emitir un sonido que indicaba cuándo tenía que realizar el lanzamiento.

Decidimos tomar la decisión de incluir el caso de un alumno con deficiencia ya que es una realidad que es muy probable que ocurra cuando seamos maestras y estemos al frente de una clase. Ahora que estamos formándonos es cuando tenemos que aprender a tratar estos casos especiales y cada vez más frecuentes.

Por último decir que aunque  hubieron durante la exposición muchos aspectos que consideramos se pueden mejorar, que esto ocurriera nos hace reflexionar, ser más críticos con nuestra actuación como docentes, y sobre todo, aprender.

¡Hasta la semana que viene!


domingo, 15 de noviembre de 2015



¡Buenas tardes!

En la actualidad, son numerosas las circunstancias que afectan a las familias españolas: problemas económicos, separación, emigración,  entre otras. Esto se puede reflejar también en los niños, afectándoles y creando en ellos fuertes sentimientos de tristeza, ocasionándoles desde comportamientos disruptivos, agresividad, aislamiento, baja autoestima…

En la escuela, las maestras deben ser sensibles a los cambios de comportamientos que indiquen la presencia de alguno de estos problemas, para poder poner remedio cuanto antes. Una buena manera de trabajar con los niños cuando ocurren estos hechos es a través del aula de educación física.
Como ya hemos visto, a través de esta materia se trabaja el desarrollo integral de los niños, y todas las actividades deben ir encaminadas al trabajo de los aspectos cognitivo, afectivo, social y motor.

En este caso, nos interesa centrarnos en el aspecto afectivo, para crear situaciones que refuercen el autoestima de los niños y les hagan sentirse valorados por su grupo de iguales.Una buena ocasión para esto son los juegos en equipo que se llevan a cabo en el aula de Educación Física, ya que de esta manera se fomenta la cooperación entre los alumnos.

Sin embargo, aunque sí hemos podido observar en las clases prácticas la realización de juegos en equipos, lo que no está tan bien visto son los juegos competitivos. Sin embargo, ¿es realmente perjudicial el uso de estos?

En mi opinión, esta pregunta tiene una respuesta afirmativa y negativa al mismo tiempo.

Por un lado sí, ya que se pueden desarrollar en los alumnos actitudes demasiados competitivas entre ellos, predominando el afán por ganar antes que el interés por disfrutar y aprender.

Por otro lado no, ya que gracias a ellos los alumnos se sienten parte de un equipo, ayudándose  y animándose para conseguir un objetivo común. Todos son importantes, y el éxito depende de la participación de todos.

El lunes pasado, durante la sesión realizada por mis compañeras en la clase de Educación Física, se realizaron algunos juegos en las que estábamos agrupadas en dos equipos. Sin embargo, en ningún momento se creó un clima de tensión ni de competición, sino únicamente de disfrutar y pasarlo bien. 

En conclusión, todo es bueno en su justa medida. Es decir, sí que se pueden plantear juegos agrupando a los niños en dos equipos los cuales se tengan que enfrentar, pero sin premiar al equipo que gane ni “humillar” al que pierda. De hecho, no es que se puedan plantear, es que se debe hacer debido a las ventajas que poseen, como la creación de vínculos afectivos o el desarrollo de actitudes y valores como el respeto y la cooperación, logrando así crear un clima adecuado en el aula y unos niños felices y plenamente desarrollados, que al fin y al cabo es el objetivo final de la Educación Infantil.

¡Hasta la semana que viene!

viernes, 6 de noviembre de 2015


Buenos días,

en la clase práctica del lunes pudimos ver una sesión donde se trabajaba el esquema corporal, perteneciente a un proyecto sobre los museos, empleando para ello el cuento motor y canciones motrices.

La sesión resultó muy lúdica y amena, ya que mis compañeras emplearon recursos de gran atractivo como, por ejemplo, unos guiñoles. Además, a través de ellas también se trabajaron contenidos actitudinales, puesto que se ponía en situación a los niños diciéndoles que estaban en un museo, y que había una serie de normas que tenían que respetar en él, como no correr, no gritar, no tocar nada, entre otras.

En dicha sesión se llevaron a cabo diversas canciones, todas inventadas para la ocasión. Estas canciones se utilizaron en diversos momentos, como en la entrada al pabellón, en el desplazamiento de una actividad a otra, y para finalizar la sesión.

Todas ellas tenían tres cosas en común: eran canciones muy sencillas, con un ritmo muy pegadizo, y todas tenían movimientos asociados. Son, por tanto, canciones motrices.

En nuestro caso, en el proyecto que estamos realizando casi no hemos usado canciones motrices, únicamente en el momento en que nos trasladamos de la clase a la sala de educación física. Sin embargo, quizás este sea un aspecto que modifiquemos, ya que, como pudimos comprobar son un elemento muy motivador y con el que se consigue un mejor aprendizaje.

En mi caso particular, lo cierto es que no conozco un repertorio muy amplio de canciones, sino que, desgraciadamente, es bastante limitado. De hecho, este es un asunto pendiente sobre el cual tengo que trabajar y sobre el cual formarme para ampliar mis conocimientos. Por ello siempre intento apuntar los nombres de las canciones motrices que se trabajan en clase para formarme así un cancionero particular al cual recurrir cuando tenga la oportunidad de trabajar en un colegio, o incluso durante el periodo de las prácticas escolares.

Lo que sí es cierto es que el año pasado, durante mi horario laboral, recurrí a algunas de las canciones que aprendimos en clase, empleándolas para trabajar otro tipo de conceptos  que poco tenían que ver con la Educación Física, sino para el aprendizaje de las letras. Los resultados fueron muy satisfactorios, y a los niños les encantó esa nueva metodología, y a mi me abrió los ojos para utilizar este recurso cada vez que tenga ocasión por las numerosas ventajas que proporciona.

Y es que, en definitiva, tal y como dijo Platón, "la música es para el alma lo que la gimnasia para el cuerpo". Y que mejor que unir ambas.

¡Hasta la semana que viene!